#03: La dirección importa más que la velocidad
Los pasos adecuados te acercarán al lugar deseado
El pasado domingo tuvo lugar el Medio Maratón Vig-Bay. A priori, no era la prueba más importante de mi calendario. Sin embargo, charlando unos días antes con Emilio Tizón (a la postre 6º clasificado en la general y que seguro que lee esto 😜), me dijo algo que me hizo reflexionar: “pagar un dorsal para entrenar… no sé”.
Y lo cierto es que yo ya tenía ganas de intentar correr rápido, dentro de mi contexto, esa carrera. Pero esa frase me hizo despertar algo. Y es que esa sensación de fin de semana de competición siempre despierta algo en ti.
Mi contexto es el que es: estoy preparando un Ironman y dedico entre 2 y 3 días a la semana a la carrera a pie. Sin embargo, quería demostrarme una cosa, y así se lo había dicho a mi entrenador: “consistencia”. Quería demostrarme que la marca que había conseguido en Valencia era un peldaño superado. Para mí, era importante sentir que esa marca debía convertirse en una norma, más que en una excepción.
¿Por qué? Porque la dirección es más importante que la velocidad. Sé que si me centrase en la carrera a pie, quizás podría estar manejando números más ambiciosos. Pero la realidad es que esa no es mi dirección, eso no es mi deseo ahora.
En estadística, los outliers son eventos o parámetros que destacan significativamente del resto de los parámetros observados. Si nos ponemos estrictos, la realidad es que casi cada prueba a la que voy es un outlier en sí misma, porque me está tocando saborear momentos dulces: casi siempre mejoro mi marca (por ahora, claro).
Pero en esta última ocasión la mejora no era fácil. Valencia es una carrera mucho más rápida y con un perfil más suave que la de la Vig-Bay, y además, para Valencia había hecho un ciclo específico de carrera a pie de 6 semanas. Sin embargo, ahí estaba otra vez, en la salida de una media maratón, dispuesto al menos a acercarme al cronómetro de Valencia: 1.21.46.
Llegaba después de una semana de bastante carga — ¿y cuándo no? — con 27 kilómetros de carrera a pie a golpe de martes y salida en bici el día antes de la media maratón. Por el medio, bastantes compromisos sociales. Incluso el viernes por la noche estuve celebrando un cumpleaños en el que acabé jugando - y ganando, por cierto - una partida de beer pong. Sí. Lo de meter pelotas de ping-pong en vasos de cerveza. ¿Cerveza? Sí, cerveza. Lo siento, sigo sin ser perfecto.
Este es mi contexto. El caso es que ahí estaba, el domingo a las 10.30, con cambio de hora de por medio, cansado pero bastante relajado.
¿Por qué?
Porque no es la velocidad. Es la dirección.
Y yo sé que en estos últimos meses. En todo este tiempo que llevo preparándome para el Ironman, quizás no esté alcanzando la máxima velocidad posible en cada prueba. Pero sin duda, estoy avanzando en la dirección adecuada.
Ok, Adri, muy bien. ¿Y lo de la consistencia?
Lo de la consistencia muy bien, la verdad.
Salí desde el inicio de la carrera en el ritmo objetivo. Tocaba guardarse en los kilómetros hasta superar el alto de Mide, en el que acumulas mucho desnivel en poco tiempo.
A partir de ese momento, empezaba lo que más me gusta siempre: bajar. Y allí fui. Picando kilómetros muy rápidos. El más rápido a 3’39”. Esa sensación de estar acercándote al ecuador de la carrera y… ¿podré aguantar?
En ese momento, recuerdo que en el kilómetro 12 me dije varios pensamientos positivos. Uno de ellos me lo repito muy a menudo. “Pase lo que pase de aquí al final, eres muy afortunado de estar haciendo lo que te gusta. Mucha gente no tiene la oportunidad.”
Si nunca has corrido, seguramente te parezca absurdo. En absoluto. Te lo cuento tal y como sucedió. Esas frases me ayudan a aguantar en los momentos de dudas.
Continué hacia el final, sin perder el ritmo medio. Regulando un poco cuando tocaba y apretando cuando tenía la oportunidad. Hacia el final de la carrera ya solo podía mantener el ritmo, y acabar corriendo 21 kilómetros por debajo de lo 3’50” era más que suficiente. Recta de meta. El reloj se acelera. El 1.20 se escapa.
Tocará esperar. No es la velocidad. Es la dirección.
1.21.12.
Mejor Marca Personal. 30” menos que en Valencia.
¿Lo mejor? La sensación de tener más. Bastante más. No era el día para ello, pero estamos en la dirección correcta.
Qué bonito es cuando las cosas salen bien. Lo escribo para recordármelo cuando no sea así.
Que llegará. Siempre llega.
Suelo decir que lo importante no es la meta sino el camino. Y este es el tipo de cosas que lo explican. Cuando preparas una prueba como un Ironman, con el foco y dedicación necesarios, estás dejando de lado la oportunidad de hacer otra cosa. Esa cosa puede ser ir al cine o puede ser mejorar en otra disciplina. En mi caso, sé que los 80’ en media maratón los tengo en las piernas. Pero elegí otra cosa. Y toca ser paciente.
Esta es mi crónica de la Vigbay 2023. Que ya es historia. Ya es pasado.
Ahora toca mirar al futuro, porque cuando leas esto yo estaré a 48 horas de la salida de un medio Ironman. Lo he dicho en el podcast de esta semana, pero me parece acojonante, y perdón por la expresión, presentarte a un Half con la sensación de que es solo parte de la preparación de algo mucho mayor y más ambicioso: el Ironman de Hamburgo.
Tengo muchas ganas de ver de qué soy capaz. Han sido muchos meses de trabajo “invisible”. Meses en la cueva (aunque Nerea prefiere llamarlo “la ciénaga”, como la de Shrek) haciendo rodillo. Meses de sacar tiempo siempre para nadar algún metro más. Para avanzar en ese medio acuático que tanto estoy disfrutando últimamente. Ahora llega el examen: aguas abiertas. Veremos si de verdad hemos mejorado tanto como parece o solo es un espejismo.
Quédate por aquí. Te lo cuento muy pronto en Kilómetro 226.
Te recomiendo:
Por supuesto, KM226: Episodio 31: Psicología Deportiva con Paula del Villar
¿Lo has escuchado? Si es así: ¿Qué te han parecido? ¡Cuéntame!
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🎙️ “Lo que tú digas” es el Podcast de Álex Fidalgo. Cuando Álex empezó en esto del podcasting estaba pasando por una depresión y lo hizo buscando encontrarse a sí mismo. Por el camino, Lo que tú digas se ha convertido en uno de los podcast de mayor éxito. Hay muchos episodios muy buenos, pero a mí me gustó especialmente el #163, con Matías Varela. Actor sueco de origen gallego que protagoniza, entre otras, la serie Narcos.
📺 Álex Roca es la primera persona del mundo en terminar una Maratón con un 76% de discapacidad. Seguramente ya has oído su historia, pero creo que esta entrevista en La Resistencia te sacará más de una carcajada. Y en el fondo, de esto se trata, porque si algo ha demostrado Álex es que no debemos sentir “compasión por su situación, sino admirar su perseverancia.
El domingo toca primer triatlón del año. Half de Setubal. Dorsal 691.
Estaré subiendo cositas en mi instagram.
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